Grabar y compartir vídeos está a la orden del día gracias a la proliferación de aplicaciones como Vine o YouTube, que este año cumple una década, y de dispositivos que permiten realizar esta tarea de forma rápida y sencilla.
Aunque la acción de grabar en sí misma no es complicada –solo hay que pulsar un botón–, si se quieren hacer bien hay que tener en cuenta factores como el encuadre, la iluminación, que la acción que se graba tenga algún sentido y el montaje.
Precisamente, esto último es lo que más tiempo suele llevar porque requiere la utilización de programas de edición de vídeo, algo por lo que muchos sienten pavor. Sin embargo, para ayudarnos con esto y no tener que perder tiempo con la edición llega Graava.
Se trata de una pequeña cámara que permite grabar vídeos de 1080p a 30fps (frames por segundo) y vídeos de 720p a 60fps con una calidad de 8 megapíxeles y un campo de visión de 130 grados. Además su batería tiene una autonomía que permite grabar hasta 3 horas y puede ser cargada de forma inalámbrica, el único inconveniente es que no permite grabar ni a cámara lenta ni en 4K.
A pesar de sus características técnicas, Graava no llega para competir con otras cámaras como GoPro, sino para ayudarnos a agilizar el tema de la edición de vídeo. El software de esta cámara, basado en inteligencia artificial, ha sido diseñado para escoger de forma automática los mejores momentos que se han grabado a través del uso del micrófono para detectar sonidos, el reconocimiento de imágenes, el acelerómetro, el GPS e incluso el ritmo cardíaco. Además, tiene la capacidad de que el resultado final del vídeo siga el ritmo de la canción introducida por el usuario e incluso sincronizar grabaciones registradas por varias cámaras Graava.
Para adquirir una de estas cámaras habrá que esperar hasta el año que viene, sin embargo sus creadores han querido poner un precio de reserva muy atractivo, 249 dólares. Aunque se espera que su precio normal sea más elevado.